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viernes, 6 de febrero de 2015

De moins en moins d'Etats viables!

Qu'est ce qui empêcherait d'envisager que les Etats qui ne seraient pas en capacité de controler leur territoire et de défendre leur population civile, perderaient ipso facto leur droit de vote aux Nations Unies et les autres Instances Internationales?

Leur présence dans les instances Internationales, ne décribilise -t- elle pas ces mêmes institutions?

Ne serait ce pas là, une conséquence naturelle, une approche légitime et conforme au Droit international?

Cela mérite au moins réflexion! La restructuration de l'ONU n'en souffrirait pas, tout au contraire elle commencerait sa cure sainement par la base, au lieu de mener une bataille stérile et inutile par le haut, celle des membres du Conseil de Sécurité.

Abdeslam Baraka
6 Février 2015

Cada vez menos Estados viables

¿Cuantos son los Estados que han perdido el control sobre la totalidad o gran parte de su territorio?

¿Cuantos son los Estados, hoy en día, que se encuentran en la incapacidad absoluta de defender y proteger a sus ciudadanos?

¿La cuestión que se plantea seriamente es saber si deberían seguir teniendo voz y voto en Naciones Unidas y demás instituciones internacionales, con la consecuente influencia en las decisiones de la comunidad internacional? O tal vez habría que contemplar su inaptitud a la misión de Estado y someterlos a algún régimen especial de rehabilitación y recuperación de la autoridad de Estado?

La reestructuración de la ONU, debería empezar por la base en vez de luchar contra molinos de viento a nivel de un consejo de seguridad obsoleto, estancado e inútil.

Al menos, la reflexión se impone!!!

Abdeslam Baraka
6 de febrero del 2015

lunes, 27 de agosto de 2012

Le cas Ross et le droit international

Ceux qui prétendent, et qui à la limite se targuent d’affirmer que Mr. Ban Ki Moon, Secrétaire Général de l'ONU, tiendrait à maintenir Mr. Christopher Ross en tant qu'envoyé spécial pour la question du Sahara Marocain, devraient certainement savoir qu'une telle attitude irait à l'encontre du droit international et ce, pour deux raisons principales:

- L'essentiel réside dans la réussite de la mission et non pas dans le succès d'une personne déterminée. Une personne qui échoue dans une mission ne peut voir son mandat renouvelé sine die, au risque d'entraver la réalisation de l'objectif qui lui a été assigné.

- Le principe de récusation, communément admis dans toutes les législations, au niveau judiciaire, ne peut souffrir de limites dans les procédures de consensus et de règlement pacifique des conflits; loin de là.

Force est de reconnaître, que le droit et la légitimité sont du côté du Royaume du Maroc, soyons-en sûrs. Ne sont à plaindre que ceux qui en doutent.

Abdeslam Baraka

27 Août 2012

domingo, 26 de febrero de 2012

Redes sociales e impacto económico sobre los Estados nacionales

Las redes sociales, no son entidades sin ánimo de lucro. Algunas cotizan en bolsa y pagan sus impuestos en el Estado de su sede social. Deberían pues, ser sometidas a las leyes impositivas de los Estados nacionales al prorrata de los clientes (obreros no remunerados o face-bookers) que tengan en cada pais, en el marco de su actividad de servicios. 

La libertad de expresión es una cosa, eludir los derechos y obligaciones a los que están sometidos el resto de los ciudadanos del mundo es otro tema. 

Todas las otras multinacionales tradicionales pagan impuestos en los Estados donde tienen actividad. No hay lugar pues, a excepciones por motivos de supuesta virtualidad.

La cuestión  debería, al menos, llamar la atención de la comunidad internacional y ser objeto de un nuevo acuerdo en el marco de Naciones Unidad que regule el virtuoso desarrollo de las técnicas de comunicación y su impacto sobre las economías de los Estados nacionales. 

Los tiempos han cambiado y todo indica que los Estados nacionales siguen aferrados a reglas obsoletas perdiendo ademas la mano, frente a una crisis económica moderna y virtual a la que tratan de hacer frente con medios y remedios rudimentarios. Los mercados accionan y reaccionan al segundo, los tiempos de los Estados, son otros.  

A este ritmo los ingresos fiscales nacionales prometen diluirse y esfumarse en los meandros de las redes infinitas de Internet.

Se trata sobre todo de fijar un rumbo que todos buscan y que nadie encuentra. Respetar a los derechos nacionales daría a la globalización una legitimidad que muchos cuestionan. La nueva globalización ganaría, al menos, siendo mas justa que la situación ante.

Abdeslam Baraka

26 de febrero 2012

viernes, 12 de marzo de 2010

Mujer indignada por “el día de la mujer”

Era el 8 de marzo y la mujer que tenía al lado en el autobús recibía llamadas de unas amigas felicitándola y comentando el Día Internacional de la Mujer. Me sorprendió la respuesta que daba a sus exaltadas interlocutoras, en animadas conversaciones. Se sentía indignada y disminuida en su condición de mujer. Se sentía equiparada con causas y fenómenos tan dispares como el día de las cooperativas, de la preservación de la capa de ozono, el día mundial sin tabaco o a uno de tantos días que se dedican a celebrar lo que son realidades de cada día. ¿Tiene sentido celebrar el día de la madre o el del padre o el de San Valentín?

Llamaba mi atención ver a una mujer rechazar un pretendido homenaje. Al llegar a casa, busqué el calendario de eventos y días internacionales de Naciones Unidas. Conté 109 eventos, repartidos en 93 días algunas jornadas eran compartidas, y otras se transformaban en semanas. En vano traté de encontrar algún denominador común, un argumento que me ayudase a comprender los requisitos reglamentarios o, al menos razonables, que justificasen la inclusión de un evento dado en dicho calendario.

Mi confusión era total. Pasaba de principios universales de importancia trascendental, a aniversarios o causas regionales o nacionales, pasando por homenajes relativos a conceptos obviamente obsoletos. Lo único que aparecía claro era que los participantes en las asambleas generales debieron sentirse muy orgullosos con la sensación del deber cumplido, y seguramente convencidos de haber resuelto un problema importante.

Quise comprender a la mujer del autobús. Pensé que no era cuestión de pasar por alto la milenaria y penosa lucha de tantas mujeres y de no pocos hombres, convencidos de la igualdad de género; lucha que todavía tiene mucho camino por recorrer. Para ella se trataba de evitar que la cuestión de la mujer se frivolice o que se reduzca a un simple  trofeo, expuesto en las estanterías del museo de resoluciones de la asamblea general de Naciones Unidas.

Me puse en su lugar y me dije que las causas no avanzan con discursos o banquetes, ni se imponen a través de festejos o dedicándoles escasos minutos de difusión, en la radio y televisión, una vez al año. Que no es suficiente recordar, esporádicamente, a los que deciden y legislan que la mujer sigue sufriendo y que merece la compasión de sus señorías. Que no estamos confrontados a la situación de una minoría discriminada o al apoyo a un grupo político perseguido por sus ideas o declaraciones, que pueden merecer interés y solidaridad. 

Entendí, entonces, que el tema era mucho más grave y ciertamente más importante de lo que aparentaba ya que concernía a la otra mitad de la humanidad y que, en fin de cuentas, era el problema de toda la humanidad.

¿Tanto cuesta hacerse a la idea de que esa hija, ese cónyuge, esa madre, es la misma persona en diferentes etapas de su vida, que es la mujer, sin más ni menos? ¿Cómo comprender que se la proteja, se la maltrate  o desdeñe y se la venere cuando es hija, cuando es cónyuge o cuando es madre, según la suerte que le toque? Y para colmo, que esa suerte resida en un hijo, un cónyuge o un padre, en un hombre. Es decir, un semejante en alguna etapa de su vida.

Ahora me doy cuenta de que la mujer del autobús llevaba toda la razón. La solución no podía estar en los meandros de la ONU, ni mucho menos en sus resoluciones o días internacionales, sino en nuestro profundo interior.

Algo, pues, tendremos que hacer para reencontrarnos, reconciliarnos con nosotros mismos y con nuestro género. Quizás se trate de recuperar y vivir con plenitud nuestra condición de seres humanos.

Abdeslam Baraka
CCS

12 de Marzo 2010

viernes, 19 de febrero de 2010

Catástrofes y similitudes

Haití e Irak han sufrido hecatombes de dimensiones apocalípticas. El primero lo fue por causas naturales, el segundo por causas humanas. El efecto sobre el Estado y la población es idéntico y el dolor de las víctimas inocentes es el mismo, aunque las causas sean diferentes.

Dos países diezmados, que apelan a la ayuda y reconstrucción, destruidos, los dos, a nivel de la estructura de Estado, de infraestructuras y de su propia alma nacional. De la noche a la mañana, desaparecen las administraciones, los archivos de jubilación, de impuestos, de antecedentes delictivos y de propiedad; como si tuviesen que nacer de nuevo.

Según la encuesta de Research Business, las muertes violentas como consecuencia del conflicto de Irak se elevarían, en agosto del 2007, a 1.033.000. En el caso de Haití, las víctimas mortales del sismo se sitúan entre 150.000 y 200.000, conforme a las estimaciones de la fuerza especial de Estados Unidos desplegada en el país. En los dos casos, las personas afectadas se cuentan por millones, sin contar con el dolor, que no cabe ni en cifras ni en fajos de billetes de dólares.

Hasta donde sabemos, los sismos y las armas de destrucción masiva pueden causar efectos similares en bienes y vidas humanas. Por lo tanto, nuestra vindicación ante tales amenazas debe ser tan clara como contundente: Previsibilidad, Solidaridad y Responsabilidad.

La historia, nos ha enseñado -salvo a los que no quieren recordar- que lo que pensamos que es nuestra realidad se puede transformar en ficción y que el poder que pensamos tener se puede esfumar en pocos segundos. ¡Cuánta riqueza se ha diluido en la última crisis financiera y cuantos países se han visto al borde de la bancarrota o continúan estándolo! 

Dediquemos unos segundos al recuerdo de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, a los conflictos mundiales del siglo XX, a las guerras coloniales o civiles entre hermanos de la misma patria, a la ola destructiva del tsunami, a la tragedia, sin fin, de Afganistán, a la horrible matanza del 11-S, a la del 11-M, a los trenes de Londres, a la última masacre en Gaza (Palestina) y a tantas catástrofes de la historia de la humanidad, sin olvidar el conmovedor Holocausto. No importa cómo nos venden nuestras penas ni cómo las justifican; no importan las causas; el hecho es que nuestros males son nuestros, los de la humanidad, y que nadie puede decir que de esta agua no bebo.

Tampoco podemos olvidar el cinismo de ciertos medios y sectores que veían en la destrucción de Irak la ocasión de oro para participar en las ya famosas e inútiles “conferencias para la reconstrucción” y obtener contratos millonarios; argumento que llegó a ser el mascarón de proa de ciertos políticos, para tratar de convencer a sus opiniones públicas de la necesidad de participar en la agresión bélica e ilegítima a ese país. “Let's do Business”, decía uno de ellos, prácticamente, sobre los cuerpos de miles de víctimas calcinadas.

Pretendemos vivir bajo el amparo de Estados de derecho “modernos”,  tecnológicamente dotados y económicamente sostenidos por los recursos y producciones individuales y colectivas, sean naturales o impositivos. Esos Estados tienen la obligación de garantizar un mínimo de previsibilidad y capacidad de reacción frente a la adversidad, antes de desplegar balances de “realizaciones”, que serían las primeras en ceder ante cualquier fuerza destructiva.

A todos nos parece que el marco actual de Naciones Unidas no responde a nuestras preocupaciones, pero seguimos organizando solemnes y costosas asambleas generales, profiriendo discursos que nadie retiene y anunciando intenciones que nadie sostiene. Sabemos de las dificultades de reformar tal organismo y es sobradamente conocida su incapacidad de prevenir y resolver los conflictos. Pero desde ya, se le puede reforzar y darle vida, apoyando, al menos, su capacidad de coordinación y de intervención humanitaria ante cualquier situación de catástrofe, sea natural o de guerra.

Estoy convencido de que la tragedia de Haití no hubiese tenido la misma respuesta de la comunidad internacional si no fuese porque los gobiernos poderosos del mundo se sintieran avergonzados por no reaccionar con la misma celeridad y contundencia ante la catástrofe natural de ese país como lo hicieron frente a la reciente crisis financiera. Aunque queda por averiguar si todas la promesas de contribución serán cumplidas.

Cuando es la naturaleza quien nos vence, nos resignamos ante una voluntad superior y cuando es el poderío bélico el que vence, nos inclinamos ante la “razón del vencedor”, pero la desgracia del ser humano sigue siendo la misma.

Abdeslam Baraka
CCS
Rabat 17 de febrero 2010

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Réplica a Gustavo de Aristegui

En el actual debate diplomático y mediático entre Marruecos y España, iniciado por la reciente visita de SS.MM. los Reyes D. Juan Carlos y Dña. Sofía a Ceuta y Melilla, me interpela de manera muy particular la intervención del Diputado Gustavo de Arístegui y San Juan en la cadena cityfmradio.com, publicado en la página web de la misma, bajo el titulo « como llevarse mal con Marruecos y Argelia al mismo tiempo».

Conociendo las aptitudes y conocimientos históricos y políticos notoriamente reconocidos del Sr. Gustavo de Aristegui, me sorprende que mezcle en un mismo debate, cuestiones de derecho internacional y otras de índole estrictamente de política interior y electoralista.

La ética que rige la conducta de un político no se juzga únicamente a través de su habilidad en la presentación o ocultación de sus argumentos, sino a por de la objetividad del razonamiento, la veracidad de sus dichos y la adecuación a legalidad establecida sea nacional o internacional.

Sin querer entrar en polémicas absurdas, quiero recordarle que la carta de Naciones Unidas firmada el 26 de Junio de 1945, se proponía poner fin a todas las situaciones de conflicto « y suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz; ».

Que justamente esa carta que viene a dar nacimiento a un nuevo orden mundial basado en nuevos principios y reglas de derecho internacional, anula de hecho y derecho todos los convenios y acuerdos leoninos o situaciones de hecho anteriores (inclusive las herencias de 1585 y tanto debería dolerle a D. Gustavo de Arístegui recordar la época en que se podían heredar seres humanos) .

Que la constitución española nunca se refirió, citando les ciudades de Ceuta y Melilla, al territorio, sino que se limitó a citar las « poblaciones » y a las « ciudades», dedicando por lo tanto a dichos presidios una referencia jurídica especifica, a diferencia de las autonomías españolas.

Sin ir mas lejos, le recomendaría al Sr. Gustavo de Arístegui, releer el libro blanco del ex presidente de Alianza Popular D. Fraga Iribarne, así como los excelentes libros del difunto Embajador D. Alfonso de la Serna y el Embajador D. Máximo Cajal.

No quiero citar a mas personalidades españolas que creen en las virtudes de la buena vecindad y que rechazan con certeza el anacronismo de situaciones coloniales del pasado ni tampoco quiero hacer paralelismos sobradamente conocidos.

Basta con recordar, que el ex Presidente de EE.UU Dwight D. Eisenhower, recomendó a las autoridades españolas en 1956, devolver a Marruecos toda su Africa occidental.

Podría igualmente recordar, refiriéndome al Profesor Abdelhadi Tazi en su Enciclopedia sobre la diplomacia marroquí, que Marruecos había resaltado desde un principio ante las instancias internacionales, la Declaración Común del 07/04/1956, por la cual España había "reafirmado su voluntad de respetar la unidad territorial de Marruecos" y se comprometía a tomar "todas las medidas para hacerlo efectivo".

En este marco, el difunto Rey Hassan II había recordado en 1961 en Belgrado, durante laCumbre de los no-alineados, la presencia colonial española en Marruecos.

Las legítimas reivindicaciones sobre las dos ciudades y las Islas vecinas recibieron entonces en el seno de la comunidad internacional, un amplio y fuerte apoyo.

De este modo el Consejo de Ministros de la Organización de la Unidad Africana adoptó, durante su 24º Sesión Ordinaria, llevada a cabo en Addis-Abeba del 13 al 21 de febrero de 1975, la Resolución Nº CM/Res. 389 XXIV relativa a los enclaves coloniales en la costa del Norte de Marruecos". En el primer párrafo el Consejo "expresa su entera solidaridad con el Reino de Marruecos por la recuperación de los enclaves coloniales de su costa norte".

Por su parte, el Consejo de la Liga de los Estados Arabes adoptó, durante su 63º sesión ordinaria llevada a cabo en El Cairo del 4 al 26 de abril de 1975, la Resolución Nº 2334 por la cual decidió “sostener de manera absoluta las reivindicaciones del Reino de Marruecos por la recuperación de Ceuta y Melilla, las Islas Jaafarinas y los peñones de Alhucemas y Velez.

Igualmente, el Consejo Islámico de los Ministros de Relaciones Exteriores adoptó durante la 6ª sesión ordinaria llevada a cabo en Jeddah del 12 al 15 de julio de 1975, una Resolución por la cual decidió “dar un apoyo total al Reino de Marruecos en su reivindicación por la recuperación de su soberanía sobre las ciudades de Ceuta y Melilla y las Islas que le son anexadas”.

Por último, la Conferencia de los Países No-Alineados que se llevó a cabo en Lima (Perú) del 25 al 30 de agosto de 1975, declaró que “los Países No-Alineados expresan su pleno apoyo a las reivindicaciones del Reino de Marruecos por la recuperación de su jurisdicción territorial sobre las ciudades de Ceuta y Melilla, Islas y enclaves” y solicitó “a España iniciar negociaciones directas con Marruecos a fin de tomar medidas para su restitución inmediata”.

El Dr. Abdellatif Filali, Primer Ministro, Ministro de Asuntos Extranjeros, renovó el 29/09/94 ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la reivindicación marroquí sobre Ceuta y Melilla y pidió en esa circunstancia un proceso de descolonización similar al reservado para Hong Kong, Macao y Gibraltar. Esta actitud fue la continuación del Discurso Real del 03/03/94 en el cual el difunto Rey Hassan II subrayó que “la solución no podía esperar demasiado para poner fin a una situación anacrónica”. La misma posición fue reiteradamente replantada en la asamblea general de Naciones Unidas.

Por otro lado, al firmar el 26/05/88 con la CEE el Protocolo del Acuerdo de Cooperación el Gobierno marroquí llevó a conocimiento de la CEE “que ninguno de los compromisos subscriptos por el Reino en calidad de Acuerdos (antes citados) cualquiera sea su interpretación, podrá tener consecuencias jurídicas sobre la posición del Reino de Marruecos con relación a Ceuta y Melilla”.

En abril de 1988, la Representación Permanente de Marruecos ante las Comunidades Europeas había notificado a la Secretaría General del Consejo de las Comunidades Europeas una nota para llamar la atención de la CEE sobre la posición de Marruecos referente al status territorial de los enclaves dentro del contexto de la adhesión de España a la CEE, que se hizo efectiva desde el 1º de enero de 1986.

Estas quejas marroquíes expresadas mediante reservas encontrarán una respuesta en la carta del 03/06/85 dirigida por Claude Cheysson, entonces Presidente de la Comisión de la CEE al señor Karim Lamrani, ex Primer Ministro, relativa al status jurídico de Gibraltar, por una parte, y de Ceuta y Melilla, por otra parte, con respecto a la Comunidad. En dicha carta, Cheysson había precisado, entre otras cosas, que Gibraltar y Ceuta y Melilla están sometidas a regímenes basados en los mismos principios; comprenden derogaciones similares a leyes y prácticas comunitarias en virtud de situaciones y regímenes particulares que gobiernan las relaciones entre estos territorios y los miembros de la comunidad concernientes.

Estas derogaciones reflejan, en consecuencia, la situación preexistente a la adhesión de los Estados en cuestión y traducen esta situación en el plano del derecho comunitario.

Aún así, Marruecos siguió reclamando una solución bilateral recordando que la propuesta de célula de reflexión conjunta, sigue siendo el mejor medio para debatir del futuro de Ceuta y Melilla.

Quisiera subrayar, para terminar, que S.M. el Rey Mohamed VI es ciertamente uno de los hombres de Estado con mas coraje y espíritu de dialogo y apertura que ha conocido Marruecos y que hoy mas que nunca España y Marruecos tienen la ocasión histórica de resolver su contencioso fronterizo y abrir una nueva era de paz y prosperidad en beneficio mutuo de sus respectivos pueblos.

No perdamos tiempo en diatribas estériles o políticas obsoletas. Las obligaciones de vecindad nos interpelan.

Los políticos son juzgados históricamente por la certeza y el coraje de sus decisiones, hoy toca a los de turno. Marruecos por su parte estará a la altura de sus responsabilidades.

Abdeslam Baraka

Rabat el 7 de Noviembre del 2007

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Publicado en www.infomedio.org