viernes, 18 de junio de 2010

¡Europa, la última oportunidad!

Basta con fijarse en el gasto del gobierno federal de Estados Unidos, que ronda el 16% del PIB, para darse cuenta de que el limite del 1,27% del PIB fijado al presupuesto europeo no parece ser la solución para salir de su crisis económica. El gasto público estadounidense es, sin duda, lo que permite la recuperación de la economía americana y lo que sustenta el dólar conforme a la política monetaria que se le asigna. El enorme déficit del Estado de California de 42.000 millones de dólares, no parece amenazar ni la moneda ni la economía americanas.

Siguiendo las recomendaciones de los expertos, los países europeos están tomando, cada cual en su ámbito nacional, medidas de corte técnico, con las repercusiones sociales que sabemos, en el momento en que el razonamiento lógico indica que la clave reside en tomar medidas políticas y estructurales de la envergadura del federalismo y de incremento del presupuesto europeo.

Se está asistiendo a un verdadero vals, a contrarreloj, inusual y apresurado, de medidas legislativas y reglamentarias, en la casi totalidad de los países europeos, con la finalidad anunciada de atajar la crisis de la moneda única y evitar quiebras estatales. Es obvio que los recortes de salarios y pensiones, el abaratamiento del despido y el retraso de la edad de jubilación no se corresponden con el objetivo de salvar el Euro y aliviar la deuda pública. A lo más servirían para atenuar el déficit público y mejorar temporalmente la conjetura. Pero, de ninguna manera preparan una cierta inmunidad del sistema frente a la próxima crisis.

Por otra parte, tales medidas amenazan con dificultar el cobro de la deuda privada y aumentar la presión sobre el sistema bancario.

Ante este panorama, resulta sorprendente que el fondo monetario internacional apele a más competitividad de las economías europeas -altamente competitivas, por ahora, a nivel tecnológico y de calidad- sin avisar de que la única vía para hacerla aún más competitiva consiste en superar el modelo chino. Es decir, trabajar más de doce horas al día, más barato y renunciar a todas las prestaciones sociales, amén de la disponibilidad de un mercado interno de alrededor de casi un millar y medio de habitantes, del que no disponen las empresas europeas.

A todas luces, la solución no se puede encontrar en tecnicismos económicos y financieros, que recién demostraron su rotundo fracaso, sino en la recapacitación política que permita al proyecto europeo dar el salto decisivo hacia la estructura federal, que figuraba en la ambición de los fundadores. El proyecto europeo se quedó corto y, posiblemente, las ambiciones electoralistas de algunos de sus líderes lo dejaron más encogido en el acuerdo de mínimos de Lisboa.

El proyecto europeo tiene su última oportunidad. Cierto que el momento es grave y los especuladores de los mercados financieros lo hacen más difícil, pero no hay duda de que si no se avanza, se retrocede. Recobrar el liderazgo político no será fácil. Muchas prácticas innovadoras han transformado la democracia en ecuaciones matemáticas electoralistas, en manos de maquinarias políticas partidistas que se ocupan más de contar votos que de producir ideas y confianza.

El proceso de la Unión Europea no prevé ni estancamiento ni marcha atrás. O avanza o se hunde, y este último escenario no sería de buen augurio para el resto del mundo.

Abdeslam Baraka
Rabat 14 de junio 2010

domingo, 13 de junio de 2010

Palestina querida

Palestina sola,
Por haber sido olvidada.
Palestina sola,
Que aún siendo tierra de profetas,
Se muere de sus heridas, profundas y letales.

Palestina sola,
Por el infausto defecto humano,
De no saber distinguir
Entre tantos amores:
De la fe, a la perfidia de los traidores.

Ni el llanto de sus débiles viudas,
Ni la soledad de sus huérfanos,
Sabrán hacer entrar en razón
A supuestos amigos y tantos fieros enemigos,
Diseminados por las tierras de Dios.

Solidaridad exhibida,
Fondo de comercio, satisfacción o sentimiento del deber cumplido,
Nos permiten seguir el camino
Sin apenas derramar la lágrima
De la sensación de dolor ni de la humana conmoción.

Palestina sola,
Por haber sido olvidada,
Hoy gustan enfocar a Gaza, Palestina también sola,
Pero arrinconada y guerrera.
Gaza, rama entre las ramas de un singular olivo.

Palestina sola, volverá a ser unida,
Palestina sola, sabrá un día perdonar
Para lograr la convivencia
Que ni la dominación por la fuerza
Ni la vil etnocracia, supo nunca imponer.

Palestina querida,
No esperes nada de nadie.
Tu destino será escrito
Por los sacrificios de tus seres queridos
Que sabrán doblegar el yerro de la locura, 
por la dulce fuerza de la razón.

Abdeslam Baraka

Rabat el 10 de junio 2010