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sábado, 14 de abril de 2012

Etapas y metodologías desconcertantes

¡Raro, raro, raro! Etapas y metodologías desconcertantes: 

- 2008, crisis financiera en Occidente (quiebras de bancos y empresas, desahucios inhumanos y desolación de los pequeños ahorradores y sorpresas para grandes y medianos inversores en bolsa);

- 2010, inicio de la crisis de la deuda soberana en la zona Euro con intervención sorprendente del FMI y cambios de gobiernos sin elecciones democráticas directas (Grecia, Italia) y sobre todo cargando las pérdidas a los ciudadanos y clase obrera;

- 2011, primavera al sur del Mediterráneo, con intervención de la Otan en algunos casos y de nadie en otros pero con mucho olor a sangre humana y sin perspectiva alguna;

- 2012, golpes de Estado militares en Africa sub-sahariana (Mali, Guinea Bissau...), con la incertidumbre que acompaña y la puesta en jaque de cualquier veleidad democrática.

En fin, todo un culebrón digno de las mejores series interminables de Hollywood.

De nada sirve escribir mas sobre el tema. Nadie es tonto.

Abdeslam Baraka
Rabat el 14 de abril 2012

jueves, 30 de diciembre de 2010

Democracia y modelo de sociedad


Unos quisieron imponer su modelo de democracia a punta de cañón, otros chantajeando a los pueblos de África y América Latina con el cese de la inversión y de la ayuda al desarrollo; y otros erigiéndose en protectores con un pretendido derecho a la patria potestad sobre los países del sur.

El resultado es desolador y la democracia aparece cada vez más desprestigiada y menoscabada, sobre todo en los países desarrollados del norte. ¿Cómo explicar sino, que un gobernante recién votado y democráticamente elegido, decida suprimir quinientos mil puestos de trabajo o triplicar las matrículas universitarias, en contra de sus promesas electorales? ¿Cómo concebir que en el Viejo continente, los compromisos electorales hayan sido sustituidos por las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional que tanto daño hicieron a los países del Sur, en la década de los ochenta? ¿Y cómo se puede justificar que los pueblos deban sufrir y pagar por una mala gestión sin que se depuren responsabilidades?

Ahora que el panorama está así de despejado y las mentiras y oportunismos ya destapados, las sociedades tienen la ocasión histórica de retomar las riendas de su destino y resguardarse de similares abusos en el futuro.

Lo único positivo en este contexto trágico de desorientación y de espera (sin hablar del efecto inesperado y devastador de WikiLeaks), es que ya no se puede dar lección alguna de nada a nadie y que el futuro está de nuevo por construir.

La democracia seguirá sirviendo como marco de gobierno y de convivencia pero habrá que desligarla de las ideologías, ultraliberal, del populismo y de las creencias exacerbadas, como lo fue de los sistemas populares y totalitarios.

El objetivo de la democracia no es desembocar en un modelo único de sociedad sino el de permitir la coexistencia de antagonismos y rivalidades en un marco pacífico y de entendimiento. Nos orientaríamos, pues, hacia una democracia real, afirmada en la sociedad civil y que nos permita ser coherentes con nuestras señas de identidad respectivas. Que respete nuestras culturas y creencias  para facilitar la enriquecedora convivencia.

De ahí, la necesidad de identificar, fomentar y desarrollar en cada cultura, los principios que coincidan con los valores universalmente reconocidos como democráticos, para que el comportamiento democrático sea un aprendizaje natural y permanente, empezando por el respeto al otro como base de todo sistema sociopolítico que garantice los derechos fundamentales a la vida, a la libertad y a la solidaridad.

La democracia no necesita de fórmulas abstractas para conseguir la buena gobernabilidad; basta con el sentido común, la libertad de voto y el consenso en los temas fundamentales.

Las actuales democracias pecan por defecto. Se hacen cada vez más rígidas y formales, a través de un sistema partidista que monopoliza, paradójicamente, el diálogo y la confrontación. Se ha marginado a los otros componentes de la sociedad y se ha enjaulado a la democracia en un laberinto de procedimientos y tecnicismos que le substraen toda substancia.

No todos los políticos ignoran esta realidad pero muchos son los que se aprovechan de un efímero mandato electoral para sacar pecho y lucir corbata nueva. Para estos personajes, la inmunidad parlamentaria, las relaciones de alto nivel y las amistades empresariales se transforman en abuso de poder.

Por todo esto, tendremos que reinventar las reglas del mandato para que nunca más un acto democrático y voluntario se transforme en un secuestro a plazo de la voluntad popular. Una pista posible sería la ampliación de las causas de destitución y del ejercicio del referéndum e iniciativa popular, así como el control del desmedido poder de los partidos políticos. La segunda alternativa atañe a la incomprensible disciplina de los grupos políticos en las instituciones representativas, que  contradice el principio constitucional de que el voto parlamentario es un deber y un derecho personal indelegables.

Lo cierto es que ni las malas prácticas de gobernabilidad ni los efectos perversos de las crisis actuales deben mermar nuestra decidida opción por la democracia. Ahora más que nunca debemos preservarla y protegerla de las insidias de la reacción.

Por suerte, la democracia no es monopolio de nadie, mas bien constituye el único medio para el ciudadano de poder cambiar el curso de los acontecimientos. No importa esperar cuatro o cinco años para recordarlo y exigir replantear los fundamentos alterados. La vida de los pueblos no se mide en términos de mandatos sino por el bienestar de una vida social en la paz que procede de la justicia.

Abdeslam Baraka

Rabat el 29 de diciembre 2010

jueves, 23 de diciembre de 2010

¡América latina no es Occidente!




El futuro de América Latina dependerá de la conjunción de sus respectivas voluntades políticas y de la convergencia de los objetivos de sus Pueblos, a través de sus propios y auténticos valores, libremente y democráticamente consentidos.


Hablan el mismo idioma, practican la misma religión, se supone que abrazan los mismos valores, pero nunca se consideró a los pueblos de América latina como parte de Occidente. No importa que tengan una historia común, o que hayan sobrevivido a las vicisitudes de la época negra e inquisitiva de la iglesia. Tampoco parecen influir sus cumbres, sus lazos con la Península Ibérica, con EE.UU o con el resto del mundo. Lo cierto es que en la terminología política contemporánea, América latina no forma parte de Occidente.

¿Que es lo que excluye los países de América latina del bloque Occidental? Ciertamente, es una cuestión que intriga. Aunque no parece serlo para Ignacio Padilla, que desde México, considera en su ensayo "la isla de las tribus perdidas", que " Tanto le duele el mar a América Latina que decidió vivir de espaldas a él" y que "el hecho de que no se haya asumido totalmente es lo que ha llevado a negar y mal copiar lo que ha funcionado allí" (en occidente).

Desde Africa, se ven las cosas de manera radicalmente diferente del punto de vista de Padilla. No es por ser extranjeros a esas generosas tierras que tenemos que verlas con anteojos o que Padilla por su nacimiento las conozca mejor. La historia está escrita y se lee de una sola manera.

Nadie puede negar que América Latina, sufrió una colonización salvaje, cruel y expoliadora que hizo mella en la consciencia de  los pueblos del lejano continente. Hasta la propia iglesia católica no tuvo piedad de esos "esclavos" y "seres indígenas sin alma" que sobrevivieron a masacres, traiciones y pillajes sistemáticos de sus territorios. Una verdadera vergüenza histórica que algunas mentes enfermas quisieron justificar, por la necesidad de "civilizar" y "domesticar" a su prójimo con el único propósito, cierto, de esclavizar a un semejante y despojarlo de tantos valores y bienes que tuviera.

Es pues Occidente quien excluye a América Latina, por haberla percibido desde el inicio como una Terra Nullius, donde era legítimo repartir la propiedad entre los colonos, descubridores de las nuevas colonias. En el subconsciente europeo, se mantenía el sentimiento de arrogancia y dominación que no deja lugar al acercamiento y asimilación que hubiesen podido erigir los puentes de una misma y sola civilización.

No es casual que los propios descendientes de los primeros colonos, apegados ya a la tierra y a los pueblos que los acogen se hayan sublevado contra las potencias coloniales, destacando, muchos de ellos, por el título de Libertador. No hay mas que mencionar a Simón Bolivar, José de San Martin, José Bonifacio, Artigas Arnal y muchos mas, para recordar el cisma histórico y el antagonismo entre dos mundos que no pudieron conciliar sus intenciones y vivencias.

Hoy en día, las cosas han cambiado. América Latina ofrece ejemplos de democracia consolida y de desarrollo económico emergente. Digo emergente por utilizar la terminología consagrada y por no decir las cosas como son: "Desarrollo económico amenazador de los intereses de Occidente". Pero la historia sigue su ineludible curso y la lucha continua aunque se desarrolla en los bosques del amazonas, en la organización mundial de comercio y en la resurrección de una nueva clase política en busca de una identidad perdida.

Nada parece acercar esas dos partes de un mismo mundo. Ni las jugosas inversiones, ni las simbólicas y no siempre sinceras o desinteresadas ayudas al desarrollo, llegan a plasmar esta peculiar relación en un proyecto común.

Por ello mismo, América Latina seguirá siendo lo que es o dicho de otra manera, lo que no es y no será, es decir, Occidente. Son muchas la venas que riegan sus tierras generosas de humanismo, de orgullo y de solidaridad, para dejar que su sangre se diluya en las lágrimas de un sistema injusto y decadente.

Se diría que las divinidades Aztecas, Incas y Mayas siguen protegiendo a sus pueblos, a pesar del poder destructivo del fuego y del hierro.

Pero al igual que el mundo árabe, el continente africano o la comunidad europea, América Latina no es una comunidad homogénea. No tiene porque sufrir guerra de secesión alguna para serrar filas a la manera de Estados Unidos de América. Su futuro dependerá de la conjunción de sus respectivas voluntades políticas y de la convergencia de los objetivos de sus Pueblos, a través de sus propios y auténticos valores, libremente y democráticamente consentidos.

Abdeslam Baraka

Rabat el 23 de diciembre 2010

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Réplica a Gustavo de Aristegui

En el actual debate diplomático y mediático entre Marruecos y España, iniciado por la reciente visita de SS.MM. los Reyes D. Juan Carlos y Dña. Sofía a Ceuta y Melilla, me interpela de manera muy particular la intervención del Diputado Gustavo de Arístegui y San Juan en la cadena cityfmradio.com, publicado en la página web de la misma, bajo el titulo « como llevarse mal con Marruecos y Argelia al mismo tiempo».

Conociendo las aptitudes y conocimientos históricos y políticos notoriamente reconocidos del Sr. Gustavo de Aristegui, me sorprende que mezcle en un mismo debate, cuestiones de derecho internacional y otras de índole estrictamente de política interior y electoralista.

La ética que rige la conducta de un político no se juzga únicamente a través de su habilidad en la presentación o ocultación de sus argumentos, sino a por de la objetividad del razonamiento, la veracidad de sus dichos y la adecuación a legalidad establecida sea nacional o internacional.

Sin querer entrar en polémicas absurdas, quiero recordarle que la carta de Naciones Unidas firmada el 26 de Junio de 1945, se proponía poner fin a todas las situaciones de conflicto « y suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz; ».

Que justamente esa carta que viene a dar nacimiento a un nuevo orden mundial basado en nuevos principios y reglas de derecho internacional, anula de hecho y derecho todos los convenios y acuerdos leoninos o situaciones de hecho anteriores (inclusive las herencias de 1585 y tanto debería dolerle a D. Gustavo de Arístegui recordar la época en que se podían heredar seres humanos) .

Que la constitución española nunca se refirió, citando les ciudades de Ceuta y Melilla, al territorio, sino que se limitó a citar las « poblaciones » y a las « ciudades», dedicando por lo tanto a dichos presidios una referencia jurídica especifica, a diferencia de las autonomías españolas.

Sin ir mas lejos, le recomendaría al Sr. Gustavo de Arístegui, releer el libro blanco del ex presidente de Alianza Popular D. Fraga Iribarne, así como los excelentes libros del difunto Embajador D. Alfonso de la Serna y el Embajador D. Máximo Cajal.

No quiero citar a mas personalidades españolas que creen en las virtudes de la buena vecindad y que rechazan con certeza el anacronismo de situaciones coloniales del pasado ni tampoco quiero hacer paralelismos sobradamente conocidos.

Basta con recordar, que el ex Presidente de EE.UU Dwight D. Eisenhower, recomendó a las autoridades españolas en 1956, devolver a Marruecos toda su Africa occidental.

Podría igualmente recordar, refiriéndome al Profesor Abdelhadi Tazi en su Enciclopedia sobre la diplomacia marroquí, que Marruecos había resaltado desde un principio ante las instancias internacionales, la Declaración Común del 07/04/1956, por la cual España había "reafirmado su voluntad de respetar la unidad territorial de Marruecos" y se comprometía a tomar "todas las medidas para hacerlo efectivo".

En este marco, el difunto Rey Hassan II había recordado en 1961 en Belgrado, durante laCumbre de los no-alineados, la presencia colonial española en Marruecos.

Las legítimas reivindicaciones sobre las dos ciudades y las Islas vecinas recibieron entonces en el seno de la comunidad internacional, un amplio y fuerte apoyo.

De este modo el Consejo de Ministros de la Organización de la Unidad Africana adoptó, durante su 24º Sesión Ordinaria, llevada a cabo en Addis-Abeba del 13 al 21 de febrero de 1975, la Resolución Nº CM/Res. 389 XXIV relativa a los enclaves coloniales en la costa del Norte de Marruecos". En el primer párrafo el Consejo "expresa su entera solidaridad con el Reino de Marruecos por la recuperación de los enclaves coloniales de su costa norte".

Por su parte, el Consejo de la Liga de los Estados Arabes adoptó, durante su 63º sesión ordinaria llevada a cabo en El Cairo del 4 al 26 de abril de 1975, la Resolución Nº 2334 por la cual decidió “sostener de manera absoluta las reivindicaciones del Reino de Marruecos por la recuperación de Ceuta y Melilla, las Islas Jaafarinas y los peñones de Alhucemas y Velez.

Igualmente, el Consejo Islámico de los Ministros de Relaciones Exteriores adoptó durante la 6ª sesión ordinaria llevada a cabo en Jeddah del 12 al 15 de julio de 1975, una Resolución por la cual decidió “dar un apoyo total al Reino de Marruecos en su reivindicación por la recuperación de su soberanía sobre las ciudades de Ceuta y Melilla y las Islas que le son anexadas”.

Por último, la Conferencia de los Países No-Alineados que se llevó a cabo en Lima (Perú) del 25 al 30 de agosto de 1975, declaró que “los Países No-Alineados expresan su pleno apoyo a las reivindicaciones del Reino de Marruecos por la recuperación de su jurisdicción territorial sobre las ciudades de Ceuta y Melilla, Islas y enclaves” y solicitó “a España iniciar negociaciones directas con Marruecos a fin de tomar medidas para su restitución inmediata”.

El Dr. Abdellatif Filali, Primer Ministro, Ministro de Asuntos Extranjeros, renovó el 29/09/94 ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la reivindicación marroquí sobre Ceuta y Melilla y pidió en esa circunstancia un proceso de descolonización similar al reservado para Hong Kong, Macao y Gibraltar. Esta actitud fue la continuación del Discurso Real del 03/03/94 en el cual el difunto Rey Hassan II subrayó que “la solución no podía esperar demasiado para poner fin a una situación anacrónica”. La misma posición fue reiteradamente replantada en la asamblea general de Naciones Unidas.

Por otro lado, al firmar el 26/05/88 con la CEE el Protocolo del Acuerdo de Cooperación el Gobierno marroquí llevó a conocimiento de la CEE “que ninguno de los compromisos subscriptos por el Reino en calidad de Acuerdos (antes citados) cualquiera sea su interpretación, podrá tener consecuencias jurídicas sobre la posición del Reino de Marruecos con relación a Ceuta y Melilla”.

En abril de 1988, la Representación Permanente de Marruecos ante las Comunidades Europeas había notificado a la Secretaría General del Consejo de las Comunidades Europeas una nota para llamar la atención de la CEE sobre la posición de Marruecos referente al status territorial de los enclaves dentro del contexto de la adhesión de España a la CEE, que se hizo efectiva desde el 1º de enero de 1986.

Estas quejas marroquíes expresadas mediante reservas encontrarán una respuesta en la carta del 03/06/85 dirigida por Claude Cheysson, entonces Presidente de la Comisión de la CEE al señor Karim Lamrani, ex Primer Ministro, relativa al status jurídico de Gibraltar, por una parte, y de Ceuta y Melilla, por otra parte, con respecto a la Comunidad. En dicha carta, Cheysson había precisado, entre otras cosas, que Gibraltar y Ceuta y Melilla están sometidas a regímenes basados en los mismos principios; comprenden derogaciones similares a leyes y prácticas comunitarias en virtud de situaciones y regímenes particulares que gobiernan las relaciones entre estos territorios y los miembros de la comunidad concernientes.

Estas derogaciones reflejan, en consecuencia, la situación preexistente a la adhesión de los Estados en cuestión y traducen esta situación en el plano del derecho comunitario.

Aún así, Marruecos siguió reclamando una solución bilateral recordando que la propuesta de célula de reflexión conjunta, sigue siendo el mejor medio para debatir del futuro de Ceuta y Melilla.

Quisiera subrayar, para terminar, que S.M. el Rey Mohamed VI es ciertamente uno de los hombres de Estado con mas coraje y espíritu de dialogo y apertura que ha conocido Marruecos y que hoy mas que nunca España y Marruecos tienen la ocasión histórica de resolver su contencioso fronterizo y abrir una nueva era de paz y prosperidad en beneficio mutuo de sus respectivos pueblos.

No perdamos tiempo en diatribas estériles o políticas obsoletas. Las obligaciones de vecindad nos interpelan.

Los políticos son juzgados históricamente por la certeza y el coraje de sus decisiones, hoy toca a los de turno. Marruecos por su parte estará a la altura de sus responsabilidades.

Abdeslam Baraka

Rabat el 7 de Noviembre del 2007

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Publicado en www.infomedio.org