Una gran pena que el periodismo, esa profesión tan noble y ardua y cuán apasionante, no sea tan locuaz para seguir informando del sufrimiento de Pueblos atrapados entre la espada y la pared, entre afanes revolucionarios y ambiciones mucho menos nobles, abandonados a su suerte después de haber sido noticia y objeto de propaganda, cuando las acciones estratégicas internacionales así lo exigían.
Parece que al igual que el fracasado orden financiero mundial, sería también hora para el periodismo liberarse del yugo del capital y de la manipulación.
Por suerte, unos pocos periodistas comprometidos con su profesión, siguen informándonos con la verdad a la punta de sus plumas o mejor dicho, por los tiempos que corren, al son de sus teclados, arriesgando sus carreras y poco o mucho mas.
La primavera árabe promete arrebatar truenos y tormentas al invierno y los medios de comunicación parecen haberse quedado en vilo con los aromas de jazmín.
Abdeslam Baraka
Rabat 6 de Marzo 2012