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viernes, 25 de mayo de 2018

Cuando la ignorancia se instala

No hay que dejar que la ignorancia se instale a sus anchas en nuestras sociedades y que destruya el conocimiento delante de nuestros propios ojos.

Ni la democracia ni la modernidad lo debe justificar.

Lamentablemente el temor se hace latente y el riesgo de resbalar de buena fe empieza a ser nuestro pan de cada día.

Abdeslam Baraka
Rabat a 25 de mayo 2018

domingo, 1 de febrero de 2015

El poder popular nunca se apoya en la traición ni en la agresión al vecino

Ni con el apoyo del Rey Sebastián de Portugal y otros agresores extranjeros cómplices, pudo el traidor pretendiente al trono de Marruecos, vencer al Rey Legítimo Abdelmalek Essadi, apoyado por el fiel y valeroso Pueblo marroquí. Fue la batalla de Alcázarquivir o batalla de los tres Reyes con fecha del 3 de agosto de 1578.

Tampoco pudo ser la invasión de Bahia de Cochinos, en Cuba, apoyada por los Yankees extranjeros en abril de 1961, porque la patria no admite juegos sucios y compinches.

Los que pretenden poder sacar a sus Pueblos respectivos de sus crisis, alabado sea Dios, que lo hagan con su voluntad, sus mayorías de circunstancias y que asuman responsabilidades ante sus conciudadanos.

Pero que pretendan, partiendo de sus idealísimos, extender sus hazañas mezclando intereses propios y ajenos, apoyando segregación y separatismos en su entorno regional e incubar traidores a patrias y tierras vecinas, eso significa que siguen el camino erróneo del difunto Rey Sebastián y que ya tienen perdida su propia causa de antemano, sin ir mas lejos. 

Con este recordatorio histórico, pienso que Podemos entendernos y evitar a unos y otros nuevas desilusiones, para que viva la amistad y la relación histórica Hispano-Marroquí, en pro de los intereses vitales de dos grandes Pueblos vecinos y solidarios.

Juntos, Podemos dejar que el problema sea el de los traidores en extinción, de corruptos y responsables de desvío de ayuda humanitaria internacional y que nunca sea el de los trabajadores y luchadores sinceros por el bienestar eterno de sus propios hijos y sociedades.

Me choca, me estremece y me confunde, la foto que representa, a primera vista, a un joven idealista lleno de voluntad, junto al que representa la historia sangrienta de tantos españoles desaparecidos, legionarios asesinados, mujeres secuestradas, opresión en los campos de Tindúf y complicidad confirmada con el nuevo terrorismo internacional cuyas víctimas fueron, lamentablemente, hasta ahora españolas.

¡O es que el pelo largo hace que la memoria sea corta!

Abdeslam Baraka

1 de febrero 2015

lunes, 3 de diciembre de 2012

Desafio a la democracia

No importa que el liberalismo actual sea salvaje o responsable.

No importan sus amenazas.

El necesita de las masas que conforman su clientela y triste felicidad.

Seamos responsables y resistamos a sus invectivas, esperando que los gobiernos democráticos lo hagan también.

¡Por ello fueron votados!!!

Abdeslam Baraka

3 de diciembre 2012

sábado, 5 de mayo de 2012

Participación de los residentes extranjeros en las elecciones locales.

En el debate entre los dos ilustres candidatos a la presidencia francesa, se hizo referencia al artículo 30 de la nueva Constitución marroquí, dándolo como ejemplo de reciprocidad para la participación de los residentes extranjeros en las elecciones locales.

Sería de gran interés ponerlo en práctica con Estados amigos como Francia, España y tantos mas, a beneficio de los nacionales de los Estados respectivos, con estatus de residente legal.

Sería un buen ejemplo de integración de unos y otros en las sociedades que les acogen, no solo a nivel del discurso político y electoralista, sino de hecho y derecho.

Marruecos, en este caso, esta constitucionalmente autorizado y preparado. Diría que esta a la vanguardia de los derechos de los extranjeros en su suelo. Depende de las diferentes diplomacias, de unos y otros, pasar a la etapa de ejecución recíproca si así lo desean.

"Articulo 30: Son electores y elegibles, todas las ciudadanas y ciudadanos mayores de edad que gozan de sus derechos civiles y políticos. La Ley prevé las disposiciones que favorecen la igualdad de acceso de mujeres y hombres a los mandatos electivos. El voto es un derecho personal y un deber nacional. Los extranjeros gozan de las libertades fundamentales reconocidas a las ciudadanas y a los ciudadanos marroquíes, conforme a la Ley. Los extranjeros que residen en Marruecos, pueden participar a las elecciones locales en virtud de la Ley, de la aplicación de los convenios internacionales o de la práctica de la reciprocidad...." (traducción no oficial).

Si esto no es una disposición voluntaria, vanguardista, humana, solidaria, y democrática, que el cielo se me caiga encima. ¡A los que gustan dar lecciones de democracia, que tomen ejemplo!!!

Abdeslam Baraka

Rabat el 5 de Mayo 2012

martes, 10 de abril de 2012

¡Cuando prometen ser bravos y dar caña!

Cuesta saber, que en tiempos de campaña
Prometan ser mas que bravos y dan caña.
Una vez en el poder, como si nada;
Igual recortan la mismísima paga.

¿Que quedará del modelo de bienestar
Que tanta energía tuvo que costar?
¿Acaso no hay mas remedio que sufrir,
El desengaño de promesas sin cumplir?

No comprendo que se ponga en apuros
A democracias por unos cuantos duros,
Que ni Pueblos gastaron ni de ellos vieron fruto.

Mi voto a Dios viene por ser devoto.
Que nadie crea que por ganar mi voto,
Pueda disponer a su gusto de mi ser por ser astuto.

10 de abril 2012

Abdeslam Baraka

Cuando falta la voz y falla el voto

Cuesta saber, que en tiempos de campaña
Prometan ser mas que bravos y dan caña.
Una vez en el poder, como si nada;
Igual recortan la mismísima paga.

¿Que quedará del modelo de bienestar
Que tanta energía tuvo que costar?
¿Acaso no hay mas remedio que sufrir,
El desengaño de promesas sin cumplir?

No comprendo que se ponga en apuros
A democracias por unos cuantos duros,
Que ni Pueblos gastaron ni de ellos vieron fruto.

Mi voto a Dios viene por ser devoto.
Que nadie crea que por ganar mi voto,
Pueda disponer a su gusto de mi ser por ser astuto.

10 de abril 2012

Abdeslam Baraka

domingo, 22 de mayo de 2011

Los tiempos venideros nos hablarán

El aroma de Jazmín, aún teniendo la primicia del primer soplo, no tendría posibilidad alguna de influir en el sistema mercantilista mundial, sin el nacimiento de un movimiento ciudadano en Europa y América. Además tendría que ser económicamente asistido para producir un mínimo efecto a nivel nacional y no perder su aliento defraudando a su propia ciudadanía.

En cambio el movimiento pacífico de la juventud y de la ciudadanía española "Democracia Real Yá", tiene la ocasión de ser el catalizador de la transformación necesaria y profunda de un sistema global injusto.

Con todo el respeto, hay que decir que ni los pueblos de Islandia ni de Grecia, tampoco los de Irlanda y Portugal tendrían el mismo peso e impacto a nivel universal, puesto que sus movimientos correrían el riesgo de ser señalados como simples protestas anti-gubernamentales debidas a una presunta responsabilidad puntual de mala gestión estatal.

Sin embargo, nadie puede dudar de que los españoles viven en democracia y lejos de ellos una quiebra de Estado. Eso indica que las democracias jóvenes y vigorosas son conscientes de la necesidad de resistir a las derivas de un concepto salvaje e inhumano, de un cierto neoliberalismo dominante y extremadamente reductor.

Los tiempos venideros nos hablarán.

Abdeslam Baraka

22 de mayo 2011

miércoles, 18 de mayo de 2011

Ni tiranía ni democracia sumisa

Lo que ocurre actualmente en España con el movimiento "Democracia real ya" demuestra que la brisa surgida inicialmente al sur de mediterráneo con aroma de Jazmín, no es una revuelta contra la tiranía o la democracia, sino un grito de la juventud y de la sociedad en su conjunto, en contra de un sistema económico « empobreceror" y excluyente.

Es importante tomar nota de la interpretación adecuada de los acontecimientos, para no perder tiempo en conjeturas erróneas de consecuencias peligrosas e inesperadas.

Este movimiento, que no tardará en ser universal, busca el cambio de las reglas de juego en el sentido que se establezcan nuevas referencias, que tengan en cuenta la condición de dignidad humana y su futuro sostenible.

Se podría resumir a la siguiente constatación: "Ni tiranía ni democracia sumisa". Claro que comprendo que sería una paradoja a juicio de muchos y reconozco el carácter extravagante de la comparación. Lo cierto es que tanto las democracias como las tiranías podrían tener algo en común, que es el sometimiento al sistema económico y financiero global. 

Un sistema que consiguió provocar la mayor crisis mundial de todos los tiempos y que se jacta de recuperar sus ganancias, recobrar sus bonos y jubilaciones doradas, a costa de incremento de impuestos, sacrificios sociales e ignorando a miles de ciudadanos en situación de precariedad.

Indignados con razón, sin perder la razón de la indignación.

Desde hace tiempo se ha venido hablando de la pasividad de la juventud frente a la política y casi se le ha tratado  de  inconsciente e irresponsable. Se llegó a temer por el futuro de nuestras sociedades, por causa de esa pretendida falta de relevo. Una actitud que no contaba con la capacidad de reacción y de movilización de la nueva generación, que si no tenía tendencia participativa, era justamente por el rechazo hacia un sistema de castas políticas que les resultaba inoperante y por el que no sentían ninguna atracción. Pero las crisis tienen al menos el mérito de desencadenar reacciones inesperadas y en muchos casos necesarias.

Si el conflicto de generaciones esta establecido a nivel del núcleo familiar,  hay que reconocer que se da con la misma acuidad a nivel político y social. Nadie puede ser menor de edad toda su vida y mucho menos un ciudadano con capacidad de voto y discernimiento. Nadie puede quedar pasivo ante el sometimiento al dictado de los bancos y especuladores financieros. Nadie puede quedar pasivo ante  la desdicha propia y ajena y nadie puede dar la espalda a la pobreza y a la desesperación.

La actual llamada de atención concierne tanto a unos como a otros. A los poderosos, por no percatarse de poner un techo a sus pretensiones y no haber tenido la habilidad de ser lo suficientemente solidarios para compartir en lo razonable. A los seguidores, que sabiendo que la realidad de nuestras sociedades es lo que es, no supieron despreciar la atracción de la fastuosidad del poder y resistirse al codeo con los poderosos. Sin embargo "los de abajo" les esperaban y pudieron creer en ellos.

Esto no es una rebeldía. Es un problema real que merece reflexión y diálogo con los que deberán hoy y mañana, tomar las riendas de nuestro itinerario. Es algo que merece ser considerado en serio, sin olvidar que igualmente, crea el ambiente propicio a toda clase de intrusiones y desviaciones por los riesgos totalitarios de toda índole que nos asechan.

Queda por creer en la consciencia de nuestra juventud y  apostar por la posibilidad de que nos dejaría acompañarla  en sus decididos pasos así como por nuestra voluntad de entrever su futuro y no el nuestro.

De hecho se busca un nuevo sentido a la democracia.

Abdeslam Baraka

18 de Mayo 2011

lunes, 7 de marzo de 2011

Mis notas en pro de una democracia útil (3)


Mis notas en pro de una democracia útil (3)

Los países del sur del Mediterráneo y de Oriente próximo, se enfrentan a nuevos desafíos de desarrollo que preserven sus recursos humanos y naturales. Están llamados a contribuir, juntos, a la edificación de un mundo solidario y de paz donde el único denominador común deberá ser el de la democracia y el del respeto de la voluntad de los pueblos.

La cultura de la autoridad debe ceder el paso, en democracia, a la cultura de la autoridad de la Ley. Esta última, solo se impone con la voluntad colectiva de someterse al arbitraje de la disposiciones legales y a la decisión judicial.
El objetivo de la democracia, no es el de desembocar en un modelo único de sociedad sino de permitir la coexistencia de antagonismos y rivalidades, en un marco pacífico de diálogo y de entendimiento.
La democracia no necesita de fórmulas abstractas para conseguir la buena gobernabilidad. El sentido común, la libertad de voto y el consenso en los temas fundamentales constituyen su principal hoja de ruta.
En un Estado de derecho, la democracia no es monopolio de nadie, mas bien constituye el único medio para el ciudadano de poder cambiar el curso de los acontecimientos con los instrumentos reconocidos de las libertades públicas.
El discurso político, si todavía existe, ha perdido su capacidad de movilización y de persuasión. Se hace cada vez más aritmético, más contable y se confunde en cifras y porcentajes que ahogan en tecnicismos cualquier aspiración y voluntad de mejorar la condición de los ciudadanos.
Es importante que el Estado, se mantenga en los limites de su concepto jurídico y que no se erija ni en competidor ni en mero observador. Pero el Estado no puede eximirse de lo esencial del servicio público y social, por muy liberal que sea y por muchos bienes y competencias que pudiera ceder a la iniciativa privada. Su personalidad moral no permite desvincularlo del conjunto de la población que lo conforma, por lo que la responsabilidad de los servicios concedidos o abandonados por los poderes públicos, deberá permanecer vinculada a su misión pública y a lo que debe ser su esencia democrática.
Los países del sur del Mediterráneo y de Oriente próximo, se enfrentan a nuevos desafíos de desarrollo que preserven sus recursos humanos y naturales. Están llamados a contribuir, juntos, a la edificación de un mundo solidario y de paz donde el único denominador común deberá ser el de la democracia y el del respeto de la voluntad de los pueblos. No por ello deberán alejarse de su referente religioso ni de su patrimonio cultural histórico; antes al contrario, su contribución a la nueva era se encuentra justamente en ese legado, en sus enseñanzas, su grandeza y su sabiduría.

Abdeslam Baraka
Rabat 7 de marzo 2011

viernes, 4 de marzo de 2011

Mis notas en pro de una democracia útil (2)

Las reformas políticas son convincentes cuando se inscriben en un itinerario y un programa de ejecución global consensuado y previamente anunciado, que permita una marcha colectiva y decidida hacia el objetivo.

La democracia es una constante adaptación a la realidad, al sentimiento y al resentir de la gente. No es un sistema que se pueda congelar. Debe adaptarse a todas las temperaturas, manteniendo el termostato en la posición: Interés general.
La democracia que no se sustenta en la estabilidad social,  en el dinamismo económico y en la creatividad no tiene posibilidad de sobrevivir. Corre el riesgo de caer en manos de toda clase de extremismos.
Las reformas políticas son convincentes cuando se inscriben en un itinerario y un programa de ejecución global consensuado y previamente anunciado, que permita una marcha colectiva y decidida hacia el objetivo.
El peor servicio que puede rendir un Estado o una colectividad regional u local a los ciudadanos es el endeudamiento excesivo. La falta de transparencia y las razones políticas y electoralistas suelen conducir a ello. Vivir por encima de sus posibilidades puede ser delictivo y en todo caso irresponsable.
La gestión de los asuntos públicos es por definición una gestión colectiva a través de los mecanismos participativos y la rendición de cuentas durante y al término de los mandatos. 
La descentralización efectiva a nivel regional (u autonómico) y local es la mejor expresión de la democracia, siempre y cuando se ejerza en el marco del marco global de la ordenación del territorio nacional. Lo peor del sistema consiste en el riesgo de desdoblamiento de los gastos públicos y proyectos de prestigio. 
Quien asume responsabilidades democráticamente, debe asumirlas solo, bajo control judicial y popular (y no bajo tutela administrativa). El dualismo en la gestión de los asuntos públicos puede constituir un serio freno al desarrollo y al avance en la concretización las aspiraciones ciudadanas.
No es por ser representante del Estado que se es mas nacionalista o mas inteligente que el resto de los ciudadanos. La cuestión no pasa de ser una simple repartición de papeles, funciones y misiones en el marco de una organización necesaria y global. Todos deberán ser sometidos a la misma Ley y al cumplimiento del deber.

Abdeslam Baraka
Rabat 4 de marzo 2011

miércoles, 2 de marzo de 2011

Mis notas en pro de una democracia útil (1)

La ley no es siempre justa. Los mecanismos parlamentarios hacen que se voten por mayoría, leyes injustas que revisten la toga de la legalidad. La ley debe ser justa en el sentido de imponer obligaciones razonables y derechos de impugnación y recurso.

- La lucha pacífica por la democracia necesita coraje y razonamiento. La democracia se ejerce en urnas transparentes y bajo control popular y no a través del quien grita mas. Los gritos de desesperanza también tienen su espacio cuando se manifiestan de manera ordenada y conforme a la Ley. Es la obligación de los partidos políticos y sindicatos canalizar las reivindicaciones. Sin ello, la democracia no existe y se transforma en anarquía.

- Los partidos políticos deben asumir su misión constitucional: Representar a la población, equivale a ser fiel intérprete de sus aspiraciones, sin tapujos ni tártagos.

- Los regímenes parlamentarios nunca fueron necesariamente el mejor sistema de gobierno. Tienen tendencia a inducir a cierta inestabilidad y clientelismo elitista (tercera y cuarta repúblicas francesas, sin citar el caso de Italia). La democracia es ante todo un espíritu y un comportamiento que se puede ejercer en el marco de un Estado estructurado y organizado, al servicio del interés general combinando el parlamentarismo y el presidencialismo, en dosis que tomen en cuenta la realidad de cada sociedad (sin prejuicio del marco monárquico).

- La ley no es siempre justa. Los mecanismos parlamentarios hacen que se voten por mayoría, leyes injustas que revisten la toga de la legalidad. La ley debe ser justa en el sentido de imponer obligaciones razonables y derechos de impugnación y recurso.

- El sistema financiero de bolsas de valores ha fracasado provocando la peor crisis financiera internacional. En su formato actual no está hecho para los países en desarrollo y es hora de reformarlo en los países ricos. No hay lugar a aprovechar la buena fe de los ahorradores para inducirlos en un casino controlado por los grandes inversores  y especuladores de los que desconoce la identidad y dirección.

- El Estado funciona principalmente con las aportaciones fiscales de los contribuyentes. El Estado representa in fine la comunidad de contribuyentes y el resto de la población, y por tanto no puede erigirse en entidad moral distinta y desarrollarse de manera autónoma. Deberá someterse a las exigencias de la comunidad y servir sus intereses.

- Un gobierno responsable es quien respeta sus promesas electorales y quien sirve el interés de sus ciudadanos. Un gobierno responsable rinde cuentas por los actos de sus componentes. Un gobierno responsable es quien, sin artilugios, devuelve la palabra al pueblo en elecciones anticipadas cuando no cumple o no puede cumplir.

- La política exterior forma parte del sentimiento de dignidad de un pueblo. La dignidad en las relaciones internacionales equivale al respeto mutuo en nuestras sociedades. Con respeto y dignidad se avanza, con soberbia y desdén se retrocede. El siglo XXI merece que se sustituya  el lenguaje de la fuerza por el de la fuerza de la razón y el entendimiento. Sino tendremos que reconocer que no habremos avanzado ni un ápice desde la edad media y tiempos remotos a pesar de los avances tecnológicos, científicos y culturales. ¡el ser humano no puede ser tan inconsciente!

- El mercado debe ser libre pero el Estado no puede ser liberal. El Estado es Estado, democrático, regulador, servidor, con misión de seguridad, de defensa, de servicio público, de atención y protección al ciudadano. El Estado no puede ser una empresa privada, del mismo modo que no debe ser agricultor, comerciante ni mucho menos broker.

- Los desmembramientos del Estado (oficinas públicas, empresas estatales, participaciones del Estado, colectividades locales...) deben poder ser controlados de manera directa por la soberanía popular y por sus representantes a nivel nacional, siempre y cuando se benefician de la ayuda estatal.

- Una democracia bajo el yugo de la disciplina partidista extrema, atenta contra la autonomía de la voluntad popular y neutraliza el principio constitucional de libertad de voto de los representantes de la nación. La democracia se hunde cuando se transforma en práctica del voto aritmético.

-La dictadura de un partido mayoritario, también se puede dar en democracia. El Pueblo no debe ser un campo de experimentación. Deben haber derechos fundamentales que no se alteren por el cambio de mayorías. La única manera de cambiar esta situación es tenerla inscrita en la constitución de cada país. El voto popular no es un cheque en blanco.

- Los que pretenden hablar en nombre del Pueblo deberían tener la osadía de presentarse ante el para merecer el mandato popular y poder hablar en su nombre según su delegación, pues nunca se trata, en democracia, de un mandato universal y permanente (una cosa es analizar y otra muy diferente es expresarse en nombre de los demás).

Abdeslam Baraka


Rabat 2 de marzo 2011

jueves, 30 de diciembre de 2010

Democracia y modelo de sociedad


Unos quisieron imponer su modelo de democracia a punta de cañón, otros chantajeando a los pueblos de África y América Latina con el cese de la inversión y de la ayuda al desarrollo; y otros erigiéndose en protectores con un pretendido derecho a la patria potestad sobre los países del sur.

El resultado es desolador y la democracia aparece cada vez más desprestigiada y menoscabada, sobre todo en los países desarrollados del norte. ¿Cómo explicar sino, que un gobernante recién votado y democráticamente elegido, decida suprimir quinientos mil puestos de trabajo o triplicar las matrículas universitarias, en contra de sus promesas electorales? ¿Cómo concebir que en el Viejo continente, los compromisos electorales hayan sido sustituidos por las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional que tanto daño hicieron a los países del Sur, en la década de los ochenta? ¿Y cómo se puede justificar que los pueblos deban sufrir y pagar por una mala gestión sin que se depuren responsabilidades?

Ahora que el panorama está así de despejado y las mentiras y oportunismos ya destapados, las sociedades tienen la ocasión histórica de retomar las riendas de su destino y resguardarse de similares abusos en el futuro.

Lo único positivo en este contexto trágico de desorientación y de espera (sin hablar del efecto inesperado y devastador de WikiLeaks), es que ya no se puede dar lección alguna de nada a nadie y que el futuro está de nuevo por construir.

La democracia seguirá sirviendo como marco de gobierno y de convivencia pero habrá que desligarla de las ideologías, ultraliberal, del populismo y de las creencias exacerbadas, como lo fue de los sistemas populares y totalitarios.

El objetivo de la democracia no es desembocar en un modelo único de sociedad sino el de permitir la coexistencia de antagonismos y rivalidades en un marco pacífico y de entendimiento. Nos orientaríamos, pues, hacia una democracia real, afirmada en la sociedad civil y que nos permita ser coherentes con nuestras señas de identidad respectivas. Que respete nuestras culturas y creencias  para facilitar la enriquecedora convivencia.

De ahí, la necesidad de identificar, fomentar y desarrollar en cada cultura, los principios que coincidan con los valores universalmente reconocidos como democráticos, para que el comportamiento democrático sea un aprendizaje natural y permanente, empezando por el respeto al otro como base de todo sistema sociopolítico que garantice los derechos fundamentales a la vida, a la libertad y a la solidaridad.

La democracia no necesita de fórmulas abstractas para conseguir la buena gobernabilidad; basta con el sentido común, la libertad de voto y el consenso en los temas fundamentales.

Las actuales democracias pecan por defecto. Se hacen cada vez más rígidas y formales, a través de un sistema partidista que monopoliza, paradójicamente, el diálogo y la confrontación. Se ha marginado a los otros componentes de la sociedad y se ha enjaulado a la democracia en un laberinto de procedimientos y tecnicismos que le substraen toda substancia.

No todos los políticos ignoran esta realidad pero muchos son los que se aprovechan de un efímero mandato electoral para sacar pecho y lucir corbata nueva. Para estos personajes, la inmunidad parlamentaria, las relaciones de alto nivel y las amistades empresariales se transforman en abuso de poder.

Por todo esto, tendremos que reinventar las reglas del mandato para que nunca más un acto democrático y voluntario se transforme en un secuestro a plazo de la voluntad popular. Una pista posible sería la ampliación de las causas de destitución y del ejercicio del referéndum e iniciativa popular, así como el control del desmedido poder de los partidos políticos. La segunda alternativa atañe a la incomprensible disciplina de los grupos políticos en las instituciones representativas, que  contradice el principio constitucional de que el voto parlamentario es un deber y un derecho personal indelegables.

Lo cierto es que ni las malas prácticas de gobernabilidad ni los efectos perversos de las crisis actuales deben mermar nuestra decidida opción por la democracia. Ahora más que nunca debemos preservarla y protegerla de las insidias de la reacción.

Por suerte, la democracia no es monopolio de nadie, mas bien constituye el único medio para el ciudadano de poder cambiar el curso de los acontecimientos. No importa esperar cuatro o cinco años para recordarlo y exigir replantear los fundamentos alterados. La vida de los pueblos no se mide en términos de mandatos sino por el bienestar de una vida social en la paz que procede de la justicia.

Abdeslam Baraka

Rabat el 29 de diciembre 2010

viernes, 29 de octubre de 2010

El voto popular no es un cheque en blanco

El actual contexto democrático nos está dando señales de agotamiento que no acabamos de percibir y no calla su alarido de advertencia que tampoco termina de convencernos.

Cuando el éxito electoral del Frente Islámico de Salvación en Argelia pudo justificar, ante occidente, el golpe de Estado militar; cuando un sistema democrático permite la elección de un movimiento populista que niega el derecho de la oposición a existir y a luchar con armas iguales; cuando un gobierno democráticamente y "civilizadamente" elegido pretende que el mandato popular le permite convertirse en dirigente absoluto durante el periodo constitucional, es que algo nos llama a recuperar el concepto democrático para preservarlo de los oportunistas y de los idiotas cortesanos.

Las recientes experiencias europeas, en particular la francesa y desde ya la británica -por fijarnos en las mas vistosas-, nos interpelan directamente sobre el plebiscito de un programa electoral y la credibilidad de su portavoz, frente a los principios democráticos que no deben limitarse a la mayoría parlamentaría y partidista, sino que trascienden la democracia aritmética hacia el mayor rayo de diálogo y acercamiento social.

En los dos casos podemos observar como algunos protagonistas se aferran a reformas anunciadas en sus campañas electorales en un contexto ya obsoleto -por el hecho de la crisis-, sin siquiera tratar de "reprogramarlas" y adaptarlas por la vía del diálogo y de la negociación. Del mismo modo, podemos ver como no les tiemblan las manos cuando tienen que introducir recetas "pre-cocinadas" del Fondo Monetario Internacional -ahora también toca a los poderosos-, pasando por alto sus propias promesas electorales.

Tampoco se puede entender que en ciertos países de América Latina, el resultado electoral permita a los vencedores cambiar el rumbo de toda una sociedad, como si la verdad y la democracia misma acompañara sus programas de gobierno. No se trata aquí de poner en cuestión la voluntad de cambio y de progreso sino de alertar sobre la experimentación de modelos ideológicos de manera no consensuada con las sociedades llamadas a sufrirlos.

En cuanto al Mundo Árabe, no se si vale la pena volver al caso del F.I.S, y a la fecha fatídica del 11 de enero 1992 en la que se decidió revocar la primera vuelta de las elecciones legislativas en Argelia (el partido islamista obtenía el 82% de les escaños) o centrarnos en el realidad política palestina reciente que no acaba de sorprender.

Sorprenderá, imagino, saber que en las elecciones parlamentarias del 2006 el Movimiento Hamas obtuvo mayoría absoluta del pueblo palestino y que actualmente es considerado por Occidente como una organización terrorista. Que por otra parte, la comunidad internacional liderada por Estados Unidos de América pretende cerrar unas negociaciones de paz con interlocutores de las dos partes, en ausencia del ganador de los últimos comicios palestinos aunque para alegría de algunos, hace tiempo que el mandato electoral palestino dejó de serlo.

¿Cómo tratar con estas grandes contradicciones que pretenden mostrarnos el otro lado del espejo, como si nuestras sociedades fuesen agrupamientos de seres incultos que carecen de discernimiento o que padecen de idiocia? ¿Cómo no amarrarse y arrimarse al único significado de la democracia al que necesitamos atenernos y que nos es mas que la garantía de expresarnos libremente como individuos, como estructuras o colectividades en el marco de un Estado que nos representa y que configura nuestra propia emanación.

En democracia, el voto popular no puede ser considerado como un cheque en blanco durante el mandato electoral, sea para unos o para otros. El voto permite desempatar a competidores políticos pero de ninguna manera niega la existencia y derecho a la existencia plena, humana y ciudadana de los perdedores. Justamente por ello las normas democráticas constitucionales prevén, estructuras representativas de las fuerzas políticas mas significativas mecanismos de control y censura.

Optar por una política de excesiva disciplina partidista, por el discurso único o dicho de otra manera, por la negación de la esencia de los principios de representatividad y de conciencia, resulta ser el virus principal de nuestras sociedades. Algo falla pues en Democracia, algo en ella necesita reforma y rectificación, para que no sirva de puente a sus detractores y siga siendo, por mucho tiempo, nuestra manera de vivir y de convivir en paz.

No se trataría tanto del contenido sino del método ¿Puede ser?

Abdeslam Baraka
CCS

Rabat el 23 de octubre 2010

jueves, 21 de enero de 2010

Co-desarrollo, Democracia y Vecindad

Dentro de pocas semanas, se celebrará la primera cumbre Euro-Marroquí, desde la consagración del estatuto avanzado de Marruecos, en el marco de la política de Vecindad Europea. Todo salvo las instituciones, es el reto de esta relación, entre dos culturas.

España que ejerce la presidencia semestral de la Unión Europea, junto al flamante Presidente del consejo europeo Herman Van Rompuy, asume un papel histórico en esta fase de transición prevista por el Tratado de Lisboa. De ella dependerá el enfoque que se dará a la relación Norte-Sur dentro de la nueva estructura y el futuro que se reservará al conjunto de la política de vecindad.

Se supone que el encuentro tratará, entre otras materias relevantes, de co-desarrollo, de cooperación y de convergencia democrática. 

En su entrevista con el diario el País, el Presidente del Gobierno español subrayó que "la cumbre UE-Marruecos debe servir para impulsar, fortalecer y mejorar todo el proceso de modernización de Marruecos". En este contexto, la primera interrogación que se impone concierne el proyecto de desarrollo en relación con la percepción del modelo de democracia.

Me había llamado la atención, hace un tiempo, una frase pronunciada por el Ex Presidente Felipe González  cuando dijo, que lo que mas temía era el fundamentalismo democrático. Con esta afirmación, el ilustre conferenciante planteaba lo que en un entorno democrático se debe de tener en cuenta, de manera  discernida y constante.

Esto nos invita a plantear las siguientes interrogaciones: ¿Nos llevaría, la practica de la democracia, a unos y otros, a un solo modelo de sociedad?  ¿O mas bien, la democracia, debería ser la vía que nos permita arrimarnos a nuestras identidades respectivas, libremente consentidas y asumidas, preservar nuestras culturas y asegurar, de esa manera, una convivencia en armonía?

Son preguntas que podrían resultar sorprendentes para algunos, alegando la evidencia de los valores democráticos. Pero la vida real invita a considerar con cautela los prejuicios y a veces la soberbia de los que dudan de una democracia del sur, y que suelen tratar de imponer una cierta concepción de la democracia.

La segunda interrogación concierne el objetivo y metodología del proceso democrático.

A mi juicio, la democracia no es ciencia, ni es religión. Tampoco se trata de una asignatura que se pueda inculcar ciegamente en cualquier contexto. De ahí, la necesidad de identificar, fomentar y arraigar en cada cultura, los principios que coinciden con los valores universalmente reconocidos como democráticos, para que el comportamiento democrático, diría el reflejo democrático, sea espontáneo y el aprendizaje, natural y permanente. 

El camino medio, el equilibrio entre ambición y posibilidades de asimilación, son conceptos fundamentales que deben acompañar cualquier asentamiento democrático. La democracia, nos es solo libertad; es ante todo la mejor manera de organizarla y paradójicamente, también la posibilidad de ponerle limites razonables, con vistas a garantizar la convivencia colectiva.

El sistema democrático corre, permanentemente, el riesgo de pecar por defecto o lo que puede ser peor, de excederse. Digo peor, porque en ese caso, conllevaría los gérmenes de la "reacción" o la semilla de su auto-destrucción.

La practica de la democracia en una sociedad dada es fundamental y su preservación en el marco de la Ley, del consenso y de la adhesión social, es vital.

A este respecto no se puede refutar que el debate que anima, actualmente, a la sociedad marroquí, es de buen augurio.

Muchos son los comentarios que tratan de valorar en un sentido u otro, la trayectoria actual del proceso democrático de Marruecos; unos razonable y objetivamente y otros a partir de actitudes de soberbia y perjuicios.

Lo cierto, es que se trata de un nuevo impulso irreversible, en el que participan todos los componentes de la sociedad marroquí, y que merece el respeto y el apoyo de los pueblos hermanos y amigos.

Para ello, Marruecos emprende, por iniciativa de la institución monárquica, una profunda reflexión sobre la reestructuración del Estado basada en una regionalización avanzada. Del mismo modo, asume el respeto a los derechos humanos como una prioridad y no escatima esfuerzos en fomentar su desarrollo, contando, ante todo, sobre sus medios propios. Su objetivo es contribuir al impulso del co-desarrollo equitativo y a la estabilidad regional.

España en calidad de Presidente actual de la Unión Europea y como Estado vecino, tiene la oportunidad de plasmar su huella en un proceso de convergencia que garantice una relación bilateral estable, responsable y duradera.  

Abdeslam Baraka
Rabat el 20 de enero 2010