viernes, 17 de diciembre de 2010

No espero a nadie y nadie me espera

No espero a nadie y nadie me espera.
No es alivio, y si así lo fuera
Es dulce sentir la paz duradera
Ese momento sabio de admitir,
La suerte que se tiene de existir.

Muchos son los que sufren
Por haber perdido el edén
Del falso poder e infame desdén,
Que por el empeño de persistir
Acompañan la vida de Vizir.

Pero la fatalidad no es mortal
Es mas bien un estado vital
Que se crece según del poco banal
Sentimiento de resurgir
Y de los sueños por cumplir.

Siempre habrá una esquina
Donde algún alma vecina
Sabrá darte esa estima
Para seguir la ruta y así
Caminar, sin nunca dudar de ti

Abdeslam Baraka
17 de diciembre 2010

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